jueves, 21 de noviembre de 2013

RÍO TINTO; ver para creer....¡ pero no tocar !

            
   En esta ocasión, no pateamos un sendero, transitamos 24 km. de vía ferroviaria paralela al Río Tinto, la que discurre desde la estación de Berrocal al Embalse del Curumbel Bajo, en la provincia de Huelva. 
   El consorcio británico "Riotinto Company Limited" construyo un ferrocarril de vía estrecha (1.067 mm.) desde Riotinto al puerto de Huelva (83km. 524m.).
   Comenzaron los trabajos el 11 de junio de 1.873, en cinco puntos diferentes y al unísono, finalizando su trazado el 28 de julio de 1.875. En el año 1.984 bajó el último tren.
   La vía general constaba de 8 puentes, 5 túneles y 12 estaciones que actualmente existen pero abandonadas a su suerte. Nosotros vimos en 24 km., 3 puentes, 4 túneles, 3 estaciones y multitud de edificaciones, que a pesar del mal trato del tiempo, pueden contemplarse en la actualidad. 
                                
Durante ciento nueve años circularon los trenes sobre esta vía
               

                                  El Ferrocarril
                               
                                  Lanzó a los vientos su pendón de fuego,
                                  rasgo los aire su silbido agudo;
                                  su aliento de humo es el fecundo riego 
                                  que anima el seno del desierto mudo.

                                  ¡ Es el acento de la audacia humana
                                  que crece, se duplica, se agiganta;
                                  que pone de la vida en la mañana
                                  las olas del relámpago a su planta.

                                                                       Olagario Victor Andrade


   Llegamos a la estación de Berrocal desde la Palma del Condado (Huelva) por la carretera autonómica HU 4103, donde dejamos el segundo coche aparcado, el primero lo dejamos en el embalse del Curumbel Bajo.
   No hay foto de grupo en la partida, ya que nuestra "Lola-motora" se pone en marcha casi sin avisar, y sin enganchar los "varones y varonetas" que se encontraban en pleno proceso de carga. Si no pierde el parabrisas debido a la velocidad, hace el recorrido batiendo record mundial. ¡¡Esta Lola es una máquina!!.

Estación abandonada de Berrocal
Lola, contenta tras recuperar sus gafas perdidas.

   El Río Tinto nace en la serranía de Nerva y brota tintorrro desde su nacimiento debido a unas bacterias llamadas arqueobacterias. Estas oxidan los minerales, (que no faltan en estas latitudes) transformando los sulfuros en ácido sulfúrico y como resultado liberando metales pesados que contaminan el agua. El agua tiene un PH de 1,7 a 2,5, es decir muy, muy ácida. Además de eso y por si fuera poco, la frenética actividad minera a lo largo de miles de años ha ayudado a contaminar más, si cabe, este curioso y único río.
.
Unas veces a la derecha y otras a la izquierda, río y vía no se separan mas de 500 m. a lo largo de todo el recorrido.

   El recorrido es simple como la "vía" misma, no tiene perdida; "seguir los raíles del tren". A los 4 km. del comienzo nos encontramos con el cortijo del Manzano y el puente también del mismo nombre. Y a pocos metros del puente, dos túneles: el del Manzano y de Masegoso.

Puente del Manzano, el primero que encontramos
Túnel de Masegoso de unos 120 m. de largo.

   Este recorrido ha sido declarado Paisaje Protegido por la Ley 4/1989, y la Junta de Andalucía lo declaró Sitio Histórico.
   Desde tiempos inmemoriales (200 años antes de Cristo), Íberos, fenicios, romanos, árabes, castellanos, británicos, todos, todos, encontraban el sitio, sólo tenían que seguir aguas arriba ese  río tan intrigante para buscar los filones metálicos.
 
Paisaje alucinante a la salida del túnel.


   
La maquinaria iba a todo tren. Esta es una de las pocas veces en que el "varón de cola", con mucho esfuerzo consiguio ponerse delante.

Entrada al túnel del Peral (135 m.)


La cabra siempre vuelve la monte.
 Aguas prácticamente sin oxígeno.

   No fue, hasta el Barranco del Coladero, donde nos reagruparnos para recuperar algo de la energía perdida. Habían transcurrido 9 km. desde el comienzo. Aproveché para hacer la foto de familia. En este punto nos cruzamos con un grupo de ciclistas que iban en sentido contrario.

Arroyo del Barranco del Coladero.

De iqz. a dech. Manuel L., Susana, Juan, Pedro, Manuel y Lola.

   Poco después nos encontramos con la Estación de las Cañas. Por la envergadura de las edificaciones, debió ser un punto importante en el curso del ferrocarril. Conserva un gran depósito de agua muy cerca de la estación.

Lo que queda de la Estación de las Caña


Interior de una de las viviendas de las muchas que había diseminadas a lo largo del ferrocarril.
La vegetación con mucho miedo, se asoma desde lejos al río.

Un tímido champiñón junto a la vía.

   El Puente Salomón dista 16 Km. de la estación de Berrocal (nuestro punto de partida). Está en malas condiciones y da un poco de miedo cruzarlo.

Con un poco de ánimo pasamos sin dificultad. "El amor todo lo puede."

Para muestra un agujerón.

   Continuo al puente, el túnel Salomón. El más largo (140 m.) y el último de los que vimos.

Conviene llevar linterna para no meter los pies en los charcos.

   Cuando faltaban 5 km. para llegar al final de nuestro recorrido pasamos por la estación de Manantiales y poco después paramos para almorzar.

El "tren" con la marcha larga.
Pedro al fondo, Juan y Santa Susana acomodándose para almorzar.

Lola buscando vida. Por cierto, la encontró

   El Consejo Superior de Investigación Científica (CSIC), ha sometido a un grupo de bacterias (quimiolitrofas), obtenidas del Río Tinto a condiciones muy restricitivas, similares a las Marcianas: presión de 7 milibares, temperatura superior a 170º, alta presencia de rayos UV, etc,etc. y obtuvieron un alto nivel de supervivencia.

Nosotros, concretamente Lola, encontró estos insectos bañándose en el "tinto"
Algas viviendo bajo el agua.

   El último puente que cruzamos fue el de Manatiales y nos quedaban 5 km. para terminar. Es el que está en peor estado pero se puede evitar bajando al río y cruzándolo por las piedras.

Imparables. ¿Quién dijo miedo?


    Casi al final vimos dos molinos de una construcción muy robusta.

Primer molino

Interior del segundo molino

   Durante todo el tiempo echamos de menos el chu-chu-chu del tren, daba la impresión de que nos saldría en la siguiente curva. Igual que nos acordamos constantemente de los compañeros del club que ese mismo día competían en Jarapalos y en particular a los asiduos al senderismo que se han pasado a las carreras de montañas, cosechando triunfos y satisfacciones impagables. ¡No os olvidéis de nosotros!, que estamos quedando muy pocos.
   Como la ruta es plana como la palma de la mano y somos de montaña, al final bajamos por ese terraplén arrastrados por "Lola-motora" para buscar un poco de ¡¡¡ aventurilla !!!.

Últimos metros
    Sólo me queda una pregunta: por curiosidad, ¿probó alguien el agua?, ¿era tinto, era brandy, era Quina San Clemente?
   Como he oido en alguna parte "existen otros mundos, pero están en este".
   
    Fin.



















3 comentarios:

  1. lo as bordao manuel como siempre imprecionante y ya asta poetico eres un ckac

    ResponderEliminar
  2. Gracias Juan, tú que me lees con buenos pensamientos. Tú si que esres un ckac.

    ResponderEliminar
  3. muy buena crónica, instructiva, científica y un pateo precioso!

    ResponderEliminar