lunes, 31 de agosto de 2015

Integral de los Alayos y Vereda del Río Dílar

                           

                     

                           Sábado 29 de Agosto de 2015

Al río Dílar (ديلار) los árabes lo llamaron con voz femenina “reina de las aguas” , y es que desde su nacimiento en los lagunillos de la virgen, que son zonas de pequeñas lagunillas por las que discurre el agua de los arroyos y neveros para formar su cauce (a casi 3000m de altitud) en lo que fué para los Andalusíes Sulayr,(سولاير)" la montaña del sol",  hoy  Sierra Nevada, desciende el río Dílar una vez pasada la laguna de las Yeguas, con cautivadora elegancia femenina y coronado en su majestuosidad por la tiara de montañas en forma semicircular que modela Los Alayos, (علياء”encima de la montaña“) y que nosotros…, Mari Carmen, Jesús, Verónica, Mariola, Susana, Julio, Salvador, Javi, Baldo y Fernando, recorreríamos a semejanza de los altibajos del perfil propio de una corona, en el tramo que la compone; El Picacho Alto, El Corazón de la Sandía, Los  Castillejos y el Collado del Pino…


Mari Carmen, Jesús, Verónica, Mariola, Susana, Julio, Salvador, Javi, Fernando, Baldomero

Comenzando en el área recreativa de el Toril, que debe su nombre al cromlech (monumento megalítico compuesto por varias piedras formando un círculo) que perteneciente a la edad del bronce allí  había, subimos con el ánimo encendido y las ganas de disfrutar, por el camino de la Ermita Vieja buscando el Barranco de Poca Leña, por dónde... poco a poco iríamos ganado altura....,

Iniciando el ascenso por el Barranco de la Cueva del Saúco
pero antes de llegar tuvimos un punto de inflexión, gracias a la espontaneidad que caracteriza a nuestro amigo Julio, y dejando a un lado el trazado previsto, emprendimos un pronunciado ascenso por el Barranco de la Cueva Del Saúco, dónde pasamos desde una cota de 1047mt a los 1647mt  en tan solo 1,3 km lo que nos supuso salvar una rampa del 52%..........
Fernando y Julio

 Este barranco es una cárcava formada por arena y piedra suelta, donde pasamos algún que otro apuro dado que, ante la necesidad de agarrarnos a las rocas para lograr el impulso en la subida, estas se desmoronaban provocando pequeños aludes de caliza deshecha, que caían con inquina sobre los que venían subiendo detrás….
Un descanso,Verónica, Mariola, Baldo, Mari Carmen,Jesús
Se enfiló superando el reto con la colaboración, técnica y tesón que requería, consiguiendo de ese modo salir airosos de aquel delicado escenario de calizas y dolomías erosionadas.....
A medida que ascendíamos podíamos contemplar impresionados las agudas crestas también llamadas“dientes de viejo”  que iban apareciendo según ganábamos altitud, así como los hondos barrancos arañados en la montaña, provocados por la erosión del agua sobre este frágil cinturón calizo, que forma la ya mencionada corona rocosa del río Dílar…
Barranco de la Cueva del Saúco

A nuestra espalda volviendo la mirada hacia el oeste, la vega de Granada se nos delineaba lejana, a escuadra y cartabón en pequeñas parcelas rectangulares cultivadas sobre una lámina multicolor de increíble fertilidad...La vegetación a esta altitud y en el barranco era escasa por no decir nula, limitándose a pequeños matorrales de aulaga que pisábamos con la seguridad que nos proporcionaba un punto de apoyo estable dentro de toda aquella inestabilidad….
la imprescindible colaboración

Superado el Barranco de la Cueva Del Sauco..habíamos  ganado con nuestro esfuerzo 50 minutos de ventaja sobre el trazado oficial, que no fue gratuito, pues el ascenso se había tornado muy duro debido al empeño puesto y al calor que junto a la humedad, nos hacía sudar intensamente  desperdiciando una hidratación que en esas condiciones y a toda una jornada vista constituía una temeridad…
 Barranco Cueva del Saúco ya superado, desde los 1647mts

Dejando a la izquierda Rambla Seca el Picacho Alto era ya una realidad que alcanzaríamos en breve, el sol implacable nos recordaba mientras subíamos sin descanso que aún estábamos en Agosto, aunque de vez en cuando una suave brisa, fresca y constante nos aliviaba lo suficiente para seguir creyendo en la consecución de nuestro objetivo, y disfrutar del soberbio espectáculo que nos ofrecía desafiante el altivo conjunto montañoso.
Salvador camino del Picacho alto, al fondo Rambla seca

El Picacho Alto, nuestro primer objetivo tomado como referencia, nos sirvió para evaluar el estado físico y emocional del grupo que avanzaba ilusionado en su empeño de culminar una ruta dura llena de retos personales..los integrantes mientras caminaban ejercitaban su técnica en movimientos precisos de auténtica psicomotricidad  y coordinación…mente, pies y manos  se movían en una danza perfecta permitiendo un avance seguro por la crestería, librando con confianza pasos complicados de afiladas y cortantes aristas..
 Buena técnica y coordinación 
Picacho Alto, fue el punto desde dónde nuestro rumbo tomó dirección Noreste buscando  el Corazón de la Sandía y cota máxima de la ruta…
Caminábamos como funambulistas por el sendero que constituye la cuerda llamada Vereda  de la Ermita quien a poco de comenzar y tras una acusada pendiente pasa a convertirse en la Vereda de los Llanos de Marchena de pleno ya, en los Alayos de Dílar…
Los Alayos en todo su esplendor, el caballo al fondo

A nuestra derecha en el sentido de la marcha el Cerro del Caballo nos observaba con respeto mientras de reojo podíamos ver el Barranco de Prado Seco, herido por profundas cicatrices y ramblas talladas en las bravas e indomables escorrentías que horadan indiferentes la frágil superficie caliza y dolomítica de la zona. Será a este lado de la cresta Alaya donde el río Dúrcal  busque el Mediterráneo,  purificando en ascética ablución  los pies de Sierra Nevada….
En el fondo del barranco discurre el río Dúrcal

Solo piornos y pastizales adornan a trazos sus lomas, tapizándolas de espesa vegetación….y es por el Barranco de Prado Seco por dónde subiríamos tras interceptarlo con la vereda que traíamos, para llegar a los 1874mt y ver el ansiado pico del Corazón de la Sandía...
Base del Corazón de la Sandía

Una vez en la base del mismo, cada cual hizo balance de los pasos que le habían llevado hasta allí..., enjugándose el sudor de la frente, refrescándose mientras bebía o comía algo para recuperar la energía gastada en un camino que le había permitido evaluarse mientras oía los latidos de su corazón, sentía la fatiga, el agotamiento, el dolor en sus piernas y escuchaba la voz de su interior animándolas/animándolos a superarse en el reto propuesto…y casi seguro el momento en el que la satisfacción personal apareció alimentando la autoestima, con el orgullo de saberse triunfadora /triunfador de una difícil prueba superada….Alcanzamos el Corazón de la Sandía..como embajadores del grupo y en nombre del Club de Montaña Sierra Sur; Javi, Baldo y yo…
Javi, Baldo y Fernando en el Corazón de la Sandía

Habiendo conseguido finalizar otro de los objetivos que nos habíamos fijado para esta jornada, nos encaminaríamos sin demora hacia el Collado del Pino con los ánimos renovados, emprendimos la marcha por la Vereda de los Llanos de Marchena, solo que de nuevo y llegados a una cota de 1800mt nos salimos del trazado previsto para caminar por la ladera, dejando a un lado Los Castillejos.., destacar la dificultad que supuso transitar esta pared de gran pendiente por su superficie resbaladiza de gravilla suelta, donde la habilidad  ya adquirida evitó males mayores. El grupo al completo superó la dificultad que supuso librar el Barranco de la Magara,
Barranco de la Magara

y casi sin darnos cuenta habíamos llegado al Collado del Pino, desde donde nos encaminamos buscando el bosque de encinas y pinos, a cuyas puertas con vistas a varios barrancos de la ladera oeste de Sierra Nevada, haríamos el alto para comer mientras oíamos el tímido tronar de una pequeña tormenta situada en sus cumbres…
La sobremesa

Mariola y Mari Carmen
La comida constituyó el descanso y el momento de reflexión  que se necesitaba para decidir si el trayecto se haría según los planes iniciales o deberíamos acortar su trazado, ya que varios componentes de la pequeña “expedición” habían agotado sus reservas de agua, fue tras la desbandada  que se produjo en una nueva salida de la ruta trazada, cuando la Integral de los Alayos perdió su nombre, nos reagrupamos en el bosque y fuimos en línea por un sendero que lo atraviesa hacia la toma del Canal de la Espartera. 
Encontrándonos con el río Dílar, y  como si de un oasis se tratara, la imagen del río que se nos ofrecía en aquel claro del bosque, apareciendo a través de aquella vegetación en galería, su caudal, el rumor que producía en su discurrir entre las piedras, y la promesa de sanación inmediata, nos llevó a sumergirnos  en la transparencia de sus aguas, y no solo, porque en un lateral se nos brindaba además, la oportunidad de rellenar botellas o cantimploras a todos aquellos que habían apurado sus provisiones de agua.



Baldo bañándose en el río
…El impulso de vida fue inmediato y tuvo que ser la sensación de seguridad que transmitió ..que se decidiera acortar…buscando una vía que nos llevara de nuevo al área recreativa de Dílar sin pasar por el Cortijo Sevilla y La Boca de la Pescá….Mirando el gps comprobamos que existía la posibilidad de bajar al cauce por un camino y seguirlo hasta enlazar con la central eléctrica y desde ahí al área recreativa por el camino de la fábrica, así que nos pusimos manos a la obra y descubrimos un trazado que efectivamente nos llevó sin complicaciones y con comodidad a nuestro punto de origen…
Valle en V del Río Dílar
en lo que constituyó una última parte de la ruta muy divertida y refrescante, casi acuática podríamos decir, por el hecho de transcurrir paralela al cauce del río Dílar y por las  veces que tuvimos que atravesarlo ..Desde la profundidad de su curso, pudimos apreciar realmente el valle en forma de V que ha ido erosionando el río a lo largo de su edad geológica,
así como los imponentes paredones que la propia erosión ha labrado dejando a izquierda y a derecha imágenes impresionantes de fabulosos barrancos como el de Juana Benítez, el del Búho, así como diversas ramblas de gran belleza estética, solo admirables  desde nuestra posición. El Peñón Bermejo y los Atalayones de Dílar
quedaron muy arriba a nuestra izquierda poco antes de llegar a la central eléctrica, digno de mencionar la densa vegetación de bosque en galería, tomados como referencia ,quizás por su belleza..cuando en épocas pasadas se mencionaba a este río Dílar como la “reina de las aguas”
Susana cruzando el cauce del Río Dílar
adornos o perlas desprendidas de una corona que acompaña al río en su estilizado descenso para confirmar lo que los árabes ya dijeron en su voz femenina......



5 comentarios:

  1. eres un crak fernado he vivido la esperiencia como si estuviera alli con ustedes

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  2. Muchas gracias Juan, me alegra haber sido capaz de poder transmitirte a traves de las letras mis sensaciones.

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  3. Lo he leido dos veces, ya casi melo se de memoria. ¡¡Precioso!!
    Pos supusetisimo, secundo las palabras de Juan, me ha parecido estar haciendo la ruta con vosotros. Gracias.

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    1. Muchas gracias por el elogio Manuel, a considerar viniendo de un cronista nato como tú.

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    2. Muchas gracias por el elogio Manuel, a considerar viniendo de un cronista nato como tú.

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