sábado, 12 de septiembre de 2015

EL CIELO (1.508 m.); a nuestro alcance en la tierra.

 
"Para subir al cielo, para subir al cielo
se necesita una escalera grande,
una escalera grande y otra chiquita.
¡Ay, arriba y arriba!, yo no soy marinero,
por ti yo iré, por ti  yo irééé
Juuuulio. Julio"
 
 
   ¡Tampoco costó tanto!. Sin atajar con la escalera grande, fueron diecinueve kilómetros en siete horas y media (dos de ellas rezando), la penitencia que pagamos (con gusto) para ascender al Cielo en el P. Natural de las Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama.
 
De izq. a dech.; Pedro, Manuel, Toñi, Baldo, Mariola, Vero, Susana y Julio.

  Aparcamos los coches en un pinar junto a la famosa Cueva de Nerja (Málaga). Y comenzamos a subir por el camino de la Cuesta del Cielo, que va paralelo al Barranco de las Coladillas.
  A dos kilómetros y medio del comienzo, aproximádamente, nos encontramos con una desviación a la izquierda que va al Área Recreativa el Pinarillo. Esta sería nuestra pista de vuelta.
  Nosotros seguimos por el "buen camino", derechitos al "cielo", atajando con la escalera chiquita para cruzar en varias ocasiones el camino forestal, pero siempre buscando el Cortijo de la Cibila ¿o Civila?.

Camino de la Cuesta del Cielo.
Atajando, que es gerundio.
Primera oración

  A estas alturas, ya merece la pena echar la vista atrás, ver el camino recorrido y las maravillosas vistas que se nos brinda, con la costa a tiro de piedra y el inmenso mar.
 
Un día perfecto para la practica del senderismo de montaña.



  
  En el Cortijo de la Cibila acaba el camino forestal y comienza una senda angosta y serpenteante, está muy marcada y señalizada, unas veces con postes de madera, otras con pintadas y otras con hitos. El que se pierda subiendo al "cielo" es por que quiere. Siempre ha habido y habrá, personas de buena voluntad que irán poniendo señales claras para que otros las vayamos siguiendo.


A la izquierda, la costa granadina....
...y a la derecha, la malagueña.
Segunda oración.

  Pero no todo es recreo, que ya lo dijo Séneca (que era un "séneca"): "No es blando el camino del cielo". Y en el último tramo, antes de culminar, pasamos por el purgatorio. Salvamos un desnivel de trescientos metros en tan solo medio kilómetro, es decir; de los que dan calor. En este trecho, las señales se pierden, o mejor dicho, hay infinidad de caminos, pero sabemos que cualquiera que tomemos nos dejará en el Cielo. Es lo que tiene el purgatorio.

El cielo y el Cielo.

  Cuentan, que la cruz con espejos que hay en el Cielo, la puso un marinero alemán, hace mas de trescientos años. Fue en señal de agradecimiento, al ser este cerro, su punto de orientación tras un desgraciado naufragio.
  
Últimos metros.
  
  ¡Hola cielo! Ya hemos llegado.


Si no fuera por la Virgen del Carmen, parecería que estamos en el Everst.

  El momento cumbre nunca tiene precio (felicitaciones, fotos, desligarnos de la mochila etc. etc. etc.),  pero en esta ocasión tenía su "puntito"; ¿sabe Dios cuando volveríamos al cielo?
  Gozamos de este privilegiado enclave, contemplando crestas, barrancos, collados y cimas en los ventanazos que las nubes del cielo nos dejaba ver.

Astros, planetas, cuerpos celestes, estrellas,,,,, enredando en el cielo.
Sierra de Almijara.


 La vuelta la hicimos por la Fuente del Esparto. Comenzamos eufóricos a "trochalinde", pero al poco se nos atragantó tanta y tan pronunciada bajada, así que para hacerla menos pesada, paramos a comer, que de todo quiere Dios un poquito.

El almuerzo no tuvo desperdicio.
Barranco de las Higueras. El gato no dejó ni un higo.

   
  Enlazamos con el cauce seco del Arroyo Fuente del Esparto, donde nos encontramos un "misterio" en un altar, motivo más que suficiente para orar por tercera vez.

Arroyo Fuente del Esparto.
"Misterio" resuelto; San José, la Virgen María y el niño Manuel.

 
  Al los pocos metros, enlazamos con la Vereda de las Minas, que en leve descenso nos lleva al Área Recreativa del Pinarillo.
  Esta vereda invita sobremanera a conversar plácidamente, cosa que hicimos hasta el final de la ruta.

Las niñas buenas van al cielo...........
  
  En el Hotel Al Andalus tomamos un refrigerio, no por el líquido en sí, sino para sentarnos después de ocho oras como mandan los cánones; en una silla.

Aquí no termina.
   
  La penitencia estaba rematada y del cielo a la gloria sólo hay un paso. ¿Quién se va sin catarla?
  ¡Hola gloria! ¡Yaaa estamos aquííí!

Playa de las Alberquillas, con la Torre de la Miel semiderruida al fondo.
  Un baño vigorizante, fortaleciente, reconstituyente, tonificante y rejuveneciente en el agua fría y cristalina de la Playa de las Alberquillas, nos dejó como nuevos (siempre entre comilla).

Muy poco se necesita para estar en el cielo;
Buenos amigos,
buena predisposición para divertirnos,
hacer lo que nos gusta,
disfrutar de lo que la vida nos ofrece,
una escalera grande y otra chiquita.
¡Ay, ariba y arriba!,
soy capitán, soy capitááán.
 Ya lo dijo Julio: 
El cielo está en la tierra..........¡y lo sabes!.

Fin.



P.D.; No te preocupes por el efecto pegadizo de la cancioncilla, en un par de horas se te habrá pasado. Bamba, bamba.


  
 
  

2 comentarios:

  1. el cielo es ir con el grupo donde sea como tu bien dices, tener esta compañia es para sentirse afortunado gracias manuel como siempre, un placer tus relatos

    ResponderEliminar
  2. Gracias s ti por dedicar un poco de tu tiempo a leer y comentar todas las rutas.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar