Asi , y tras un suculento desayuno reconstituyente, Mariola, Yolanda, Susana, Toñi, Paco, Baldo, Juan y yo, iniciamos nuestra "andadura" en la intersección del camino de Quejigales en dirección al paraje de Fuenfría por el Cordel Ronda-Marbella a través de la vía pecuaria Puerta Verde de Marbella.
En esta primera parada, pudimos disfrutar de los restos del antiguo cuartel del destacamento de montaña de la guardia Civil, nos hicimos fotos, Juan revisó el track, y continuamos la marcha entre risas y alguna guasa en busca de nuestro abuelo sabio, y para ello nos fuimos dirigiendo al Puerto del Robledal desde donde vimos a nuestro Torrecilla caprichosamente emboinado de nubes y haciéndose rogar a su publico.
¡¡ vamos que nos vamoss!!
¡¡Vamoss !! ¡¡ese paso de entrenamiento de travesía!!! Con el ánimo apresurado, rápidamente llegamos a un collado llamado el puerto del Algarrobo, donde vimos un cartel que nos informaba de la distancia que restaba al Puerto de la Refriega, que tal y como indica su nombre históricamente fue zona de contienda entre moriscos y cristianos en el siglo XVI.
En este tramo hicimos parada obligatoria en el Castaño Santo ¡¡ por fin !! declarado Monumento Natural Andaluz. Su santidad viene dada por la celebración de una misa bajo su frondosa sombra por el mismísimo Fernando el Católico.
Después del repertorio de fotos y tras varios achuchones al milenario árbol para extraer su sabiduría y energía, tocaba parar para comer y para ello decidimos hacerlo en la Cascada y Fuente del Hoyo del Bote, entorno con un encanto especial, totalmente restaurado.
Cascada y Fuente del Hoyo
Nos quedaba el regreso, ¡vamos,vamos ! en progresión ascendente, porque todo lo que baja sube,,, y viceversa,.... dirección Puerto del Algarrobo para completar esta ruta semicircular hacia el punto inicial por esta sierra de las Apretaderas.
¡sin perder la buena cara ni la sonrisa!
Durante el trayecto fuimos acompañados por "bicicleteros" y moteros de trial que aprovechaban las pistas forestales de tierra y el excelente día... ¡cada uno liberando su espíritu como más le place!
El balance de la jornada fue satisfactorio, incluso redujimos el tiempo de ejecución previsto, siempre al amparo del Torrecilla y disfrutando de la variedad de vegetación, y descubriendo como raíces desnudas de los árboles se convirtieron con el paso de los años en gruesos troncos de afiance al terreno caprichoso.
Para despedirme, "chapó" a la compañía, a la buena gente que da aliento y empuje en las cuestas del camino, con ese espíritu burlón, que saca el chascarrillo en cada momento para continuar en los pasos con sonrisas y buena cara, liberándose así las "apretaduras" de la vida.
ole ole ole que bonito gracias por describirlo tambien me has echo volver al lugar
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