viernes, 11 de abril de 2014

EL TORRECILLA (1.919 m); a mal tiempo, buena cara.

   Las predicciones del tiempo, daban sol para todo el fin de semana y a las 7:00 de la mañana (a quien madruga, Dios le ayuda) en Morón de la Frontera, sin dar crédito a los sentidos, nos cayeron las primeras gotas de agua (abril uno bueno entre mil). No le dimos mucha importancia y pa' lante.
   Nuestra marcha comienza en el Área Recreativa de los Quejigales (Sierra de las Nieves), al cual se llega tras 10 km de carril desde la A-397 (Ronda-San Pedro de Alcántara). 
   A unos 13 km. de Ronda, en una desviación a la izquierda, esta la entrada al carril que nos lleva al Área Recreativa. Está anunciada por un cartel en la carretera. Pero antes nos encontramos en la venta con Fernando, Pedro y Julio para desayunar. La lluvia seguía cayendo (lloviese y nevase, y no ventiscase; que cuando hace viento, entonces hace mal tiempo).

Véase nuestras caras cumpliendo con el refrán; a mal tiempo........

   Adecuamos la vestimenta al tiempo (abriga bien el pellejo, si quieres llegar a viejo) y comenzamos a andar. Pasamos un valla que impide el paso de vehículos y  a pocos metros, cruzamos a la derecha por un puente  el Arroyo de las Carbonera (quien comienza la mitad tiene hecha. Ja, ja).
 
Ándeme yo caliente  y ríase la gente.

   Tememos por delante la subida de La Cañada del Cuerno. Primero por un pinar un tanto embarrado, y más adelante el pinsapar (andar para ver, y ver para saber).

Primeros pasos y......
 primeras paradas.
   El paisaje, la temperatura, la humedad, la brisa y la llovizna dan a nuestra marcha un toque especial que nos llena de satisfacción. Y para más, andando se quita el frío. De modo que sin darnos cuenta hemos enlazado con el carril que va al Puerto de las Pilones.

Cañada del Cuerno.

Reunión de pastores......

   Una vez reagrupados (a quien espera, su bien llega) en el carril, tomamos un sendero a la derecha camino del Torrecilla. Este sendero pasa por la Meseta de los Quejigales, un bosque abierto de aspecto adehesado, con árboles centenarios y con una baja tasa de regeneración natural. Una joya botánica ensombrecida por la fama de los pinsapos (crea fama y échate a dormir).


Quejigo (Quercus alpestris), está protegido por la ley.
Quejigal de alta montaña. Aparecen a partir de 1.500 m

   Pasamos de largo por el rehabilitado Pozo de Nieve de Tolox dejándolo a nuestra izquierda y continuamos el sendero señalizado y bien definido hasta El Pilar de Tolox (yendo y viniendo se va viendo).



   Ya en el Pilar de Tolox, al pie del Torrecilla y con el rumor del correr del agua cristalina, tomamos algo de comer para coger fuerzas (más vale bien comido que bien vestido) y acometer el zigzagueo que nos lleva al punto más alto de la Sierra de las Nieves.



La acción del agua ha formado numerosas cavidades. En una de ellas se encuentra una figura de San Roque (Patrón de Tolox)
El manantial  se surte del mismo Cerro del Pilar.
   
   La base de un punto geodésico destruido, una corraleta, un hito de piedras, un buzón, y una placa, aseguran que estamos en la cumbre. Dos horas treinta desde que salimos (quien buenos riñones tiene, lo mismo le da por lo que va como por lo que viene)
Hito con mariquita.
Base de punto geodésico.
De izq. a dech. senderista de Málaga comiendo, Manuel L., Susana, Baldo, Toñi, Mª Carmen, Agustín, Juan, Fernando, Julio, Pedro, Juan Carlos abrigándose y senderista de Málaga sentado.
   
   Las nubes nos impidieron ver las magnificas vistas que ofrecen los 1.919 m de altura que hemos alcanzado. Tan sólo un segundo se despejó y pudimos observar el horizonte, lleno de nubes, claro (cada cosa que ves tiene su haz y su envés).


Las chicas de Sierra Sur en el techo de Andalucía occidental.

   Pasado el momento de gloria, cresteamos hacia el Puerto de los Valientes y bajamos por a la vertiente occidental del Torrecilla en dirección el Picacho de Fatalandar (andar, andar que el rabo está por desollar).

Por fin se nos abrían los ojos y el este comenzaba a despejarse.

   Nos acercábamos a La Cuerda del Tejo, una cornisa estrecha y discontinua en los que nos teníamos que agarrar a cadenas sujetas en las rocas. No lo pensamos mucho y salimos del paso airosos. Fue rodeando Los Tajos de Froncaire, donde nos divertimos de lo lindo. (lo sucedido no pude dejar de haber sucedido).

Justo antes de pasar La Cuerda del Tejo.
Menos mal que no lo pensamos mucho.
Cara norte del Picacho de Fatalandar.
Colada del Tejo.



   Nos tomamos el momento como si de un parque temático se tratara, resbalando por las pedreras sin luces, mas de uno arrastró su lindo trasero (cuando el pie se desliza la cabeza se eriza).

Más vale al paso andar que correr y tropezar.

   El tiempo vuela, que se las pelas y pasada la diversión sobre las 2:30, llegó el almuerzo. Lo hicimos con vistas a la costa de Málaga como si estuviéramos en un cine con pantalla panorámica (yendo a paso y compás, bien vivirás).



   Una vez terminado nuestro sustento con sus esplendidas vistas, los pasos nos llevaron muy cerca de Cerro Corona y como del mismo santo siempre oirás los mismos milagros, nuestro querido Julio (Zorzal Guia) nos llevo de vuelta por la falda de la Cañada de las Carnicerías (más vale un puñado de experiencia que un almuerzo de ciencia).

El camino baja hasta los 1.040 m........
y sube hasta los 1.736 m. Un rompe piernas en toda regla.
La foto no tiene desperdicio: Juan, dando ánimos a las féminas y fijaros como se ríen ellas, Julio a su bola, Fernando al quite y Agustín quemado.

   Después del descanso merecido, nuestro siguiente objetivo es El Peñón de los Enamorados (ya pasado lo de atrás lo de menos es lo demás)

¡Impresionante la zancada de Juan Carlos buscando el Peñón de los Enamorados!.
Yendo dos en compañía, no es larga ninguna vía.
Quejigal centenario.

   De nuevo en el Nevero de Tolox, tomamos el sendero hacia el norte, por el pinsapar de la Cañada de las Ánimas, mucho más cerrado y salvaje que el del Cuerno (yendo y viniendo, lo que había de ser va siendo).


¡ Imponente !.

Parece un bosque encantado.

   Salimos del bosque a una zona más abierta y cruzamos varios arroyos hasta llegar al carril que nos llevaría al punto de partida. Hemos hecho 27 km, en casi, 10 horas (para aprender es menester padecer).



   Como, a cualquier dolor la paciencia es lo mejor y a nadie le amarga un dulce, aunque tenga otro en la boca, la recompensa no se hizo esperar y las "reposteras oficiales del club", las hermanas Mª Carmen y Toñi nos sorprendieron una vez más con sus dulces al final del trayecto.

Abierto el saco, todos entran a saco. Ole, ole y olé.

   Tomamos el café con los dulces en el mismo bar donde desayunamos y nos despedimos de los compañeros que iban a Málaga, Utrera, Antequera y Estepona. Los demás pa' Morón.

Un día inolvidable.
    De todos es sabido que estas escapadas necesitan pocos renglones y buenas razones, que refranes viejos son verdaderos y que todo principio tiene un.....

4 comentarios:

  1. buena ruta buena gentes y muy buenos comentarios, eres una caja de sorpresa manuel

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  2. La sorpresa la ponéis vosotros con cada ruta, yo me limito a contar algo de lo sucedido. Gracias y dichosos los ojos que leen por aquí.

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  3. Eres un fenomeno, te vas superando comentario tras comentario

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