lunes, 20 de febrero de 2012

Viaje al P.N. de Los Alcornocales y travesía Picacho (882 m.) – Aljibe (1.092 m)


         Llegamos todos puntual como un reloj (yo no miré el mío) como a Juan le gusta. Y la primera sorpresa de la mañana, ¡no es un autobús con chofer!, ¡es una fragoneta!. ¿Quién conduce?. Por votación decidimos que fuera el que más cara de gitano tuviera. Jorge por supuesto.
        Los primeros lances fueron para tapar las rendijas, mejor dicho los ventanales que tenía la puerta, no cerraba bien ni a patadas (es un decir).
       El tema de conversación durante la ida fue dedicado a futuros proyectos de salidas y a los pelos del body. 
      El de vuelta fue mucho más interesante, pero os lo cuento detalladamente mas abajo.

Mira que buenas vistas tenia yo al frente




       Llegamos al área recreativa del Picacho después de un desayuno en Ubrique un tanto desordenado, primero los cafés y a la media hora las tostada, eso sí, estaban buenísimas.
         Nos dispusimos a subir el sendero siendo las 10:15h. (¡Tres horas pá llegar!)

Desayuno de una hora. No hay prisa, nosotros somos unos máquinas

Preparación y concentración. No sabemos lo que nos espera.

El sendero es cómodo y agradable

 
         Subida por camino bien definido entre alcornoques, el nombre del parque no esta puesto sin ton ni son, es el mayor de la Península Ibérica (168.000 Ha. llenas de alcornoques). El calentamiento fue gradual tanto físico como verbal. Las charlas fueron mejor que “las mañanas de la Ser”, política, trabajo, deporte, critica, sexo, etc.… Algunas conversiones escandalizaron a Jorge y despertaron su fino olfato.


Que buen conversador es Jorge y que pronto se asusta.
Horno de leña por dentro.


Bonitas vistas desde un mirador








Reunión de pastores, ovejas que se pierden


A Juan le gusta lo difícil, mejor subir que darle la vuelta

 
Ramón abriendo nuevos caminos
         Poco a poco el desnivel se acentuaba y la arboleda desaparecía. Paramos junto a una gran piedra para descansar un poco y acometer la subida final. En este punto es donde uno no sabe que hacer, me pongo la chaqueta, me quito el gorro, me pongo las gafas, me quito los guantes, me pongo el protector, me vuelvo a poner la chaqueta, en fin un lío o no.

Los participantes son: Juan y Susana, Antonio y Ana, Rosa y Cleopatra (creo, nunca me acuerdo del nombre), Ramón, Jorge, Pedro, Maria Isabel, Baldomero, Mariló, Maritina y un servidor haciendo la foto.

      Primer objetivo conseguido a las 11:55 h.. Viento fuerte y frío, vistas espectaculares y foto de familia. Un poco complicada eso sí, la perra de Rosa (perdón por lo de perra, no me acuerdo del nombre) era la encargada de hacerla y además quería salir en ella. Fue imposible que saliéramos todos. Bajamos el Picacho (haciéndonos alguna que otra fotos payasa) y llegamos al restaurante el "Murete" donde tomamos un piscolabis refugiados del viento y con unas vistas fabulosa. ¡Que trabajos hacían nuestros abuelos!. Subir, colocar piedras de 60 o 70 kg., y bajar al pueblo aunque fuera en mulo. Eso si que es trabajar. Y además está bien hecho.


Sin comentario. No se como explicarlo.



!Vámonos que viene esa piedrecita rodando!
Seguimos la muralla buscando el Aljibe
      
       Llegados al Aljibe (1.092 m.), a la 13:50 h. , había más gente que en el Pozo Nuevo a las 12 del mediodía. Buscamos el punto geodésico que estaba oculto tras una montaña de personas y nos hicieron la foto pertinente, a nosotros y a cinco grupos que no sabemos ni de donde eran. Parece mentira que quepan tantas personas en un metro cuadrado.
       Después del esfuerzo nos merecíamos un buen almuerzo. El vino y el queso prometido de  Maritina estaban garantizados.
       Con la improvisación que nos caracteriza propusimos ir a la Sauseda, todos menos Ramón y Jorge que irían por los coches. Por votación democrática salio que sí, pero no fuimos . ¿No se porque?.

No cabíamos en el punto geodésico. !Que bien!.
















!Que pechá de comer!













Aquí tenéis por el mismo precio la pileta de la Reina y el bidet
    
         Vista la Pileta de la Reina, la vuelta se hizo bastante pesada sobretodo para las piernas que tenían que ir frenado constantemente. Nos sacó del atolondramiento un ciclista que se había caído (parecía tener un brazo partido) y esperaba ayuda de sus compañeros. Nosotros le dimos ánimos y nos ofrecimos en lo que pudimos (le apagamos el móvil a una llamada de su mujer y le pusimos un guante).


El camino lo he puesto un poco mas romántico de lo que realmente era



        Llegada al área recreativa a las 17:00  aproximadamente (no tengo foto). Sin ver ni una cabra, ni un anfibio, ni un rododendro en flor, ni chorros de agua ni agua en la laguna (los anfibios estarían enterrados), ni helechos verdes, solo algunas plantas carnívoras con sus correspondientes mosquitos pegados. Estiramos un poco las piernas, foto a la camiseta del club por delante y por detrás (la montaña aturde mucho). Vuelta a la fargoneta y a deshacer el camino andado.
        Ya relajados y después del cafelito o la cerveza, tuvimos una charla distendida y animada. Hablamos de paellas, kebab, anchoas, salmorejo, medidas exactas, feromonas, relaciones, divorcios, bomberos, bomberos, más bomberos, y pa ella, lo siento ya está echo el sofrito y además medido.
       La fragoneta y el chofer oficial fue un acierto. Al final no me entere cuanto nos tuvo que pagar Medina por utilizar su furgoneta. (supongo que un pastón)
       En fin jornada tranquila sin grandes sorpresas y muy entrañable pero sin llegar a ser una experiencia religiosa, que se archivará en el baúl de los buenos recuerdos para siempre.
        Un fuerte abrazo de compañero de fatigas a todos y hasta la próxima.











10 comentarios:

  1. hostias no conocia yo tu faceta narrativa me a encantado la verdad es que el viaje de vuelta fue imprecionante eso no tiene precio

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    1. Juan, no la conocía ni yo. Me doy por satisfecho si consigo que os divierta mientras lo leéis.

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    2. Manuel, muy buenas tus crónicas, PERO MI PERRITA SE LLAMA SASHA NO CLEOPATRA!!!!!!!!!!!!!!!!!

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    3. Para la próxima te aseguro que no se ne olvida.

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  2. si señor un 10 para el narrador mejor imposible. Doy fe que paso todo asin!!!!!!!

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  3. Muy bueno si señor, parece como si hubiéramos estado allí.
    Yo creo, no estoy seguro pero vi un anfibio, el que nos acompañó todo el día, o era un perro, no se, preguntarle a Rosa.

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    1. Antonio era una perra y tiene su nombre “Sacha”. ¡Creo!

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  4. eeeehhhhhhh, cuidadin shacha q tiene novio

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