La leyenda cuenta, que el sultán Abu-al Hassan Ali Ibn Nasr, apodado en las crónicas castellano-leonesas como "Muley Hacén", cansado de su trato con los hombres (tuvo serios problemas con su padre, con los cristianos y hasta con su hijo), al morir dispuso que fuese enterrado en el pico más alto de Sierra Nevada, cerca del cielo y lo más alejado posible de la civilización.
Pese a que este enterramiento a sido buscado con ahínco (posíblemente por sus tesoros), nunca ha sido encontrado.
Pero no fue buscar el tesoro de Muley Hacén, la carnaza que nuestro "Presi" lanzó al aire, para que tres incautos picáramos el anzuelo con los ojos cerrados, sino, descansar bajo las estrellas, "a saco pelao", en el Parque Nacional de Sierra Nevada (casi na'). Un reclamo demasiado intenso para eludirlo.
El veinte de Agosto (una fecha cualquiera del calendario), a las cinco
de la tarde, partimos de Morón con destino al
aparcamiento de Hoya de la Mora, disponíamos de 24 h. (mi descanso entre
dos periodos de trabajo), para patear el Parque Nacional y dormir como
estaba previsto; mirando las estrellas, fresquitos, respirando aire puro, sin
ruidos y sin despertador.
La realidad fue bien distinta.El descanso del "Guerrero" |