Hoy vamos a partir de la base, de que todo tiene un comienzo.....el Big Bang (jaja)........ ¡Vamos a ponernos serios!.
Hace millones de años, las
aguas del Río Cacín (igual en aquel tiempo no se llamaba asi-n)
comenzaron a escavar el suelo de arenisca, arcilla y sobre todo de
conglomerados blandos, para ir dibujando el cauce por el que hoy discurre. Tal
fue su empeño erosionando el terreno, que a día de hoy, estrechas
gargantas y barrancos con tajos de más de cien metros de altura,
delimitan el paso del agua que la presa de Los Bermejales, deja
escapar para producir electricidad.Sin dejar de subir y bajar, esta senda es relativamente fácil, vistosa y sorprendente, claro está, si es un día soleado como el de hoy (25 de Octubre). Con lluvia sería otra historia.
¡Ah!, también es cortita. La ida y la vuelta por el mismo sitio, unos trece kilómetros mal contados (el GPS bajo estos tajos, pierde la señal cada dos por tres).
Llegamos con la firme intención de ver, la que puede considerarse como una de las gargantas fluviales más palpitante e interesante de la Cordillera Penibética. Y como ya os dije que todo tiene un comienzo, nosotros partimos desde la Iglesia de la Inmaculada, en el Poblado del Pantano de los Bermejales, en la comarca de Alhama y dentro del término municipal de Arenas del Rey (Granada)
Foto de grupo en el Alfa y el Omega del camino. |
.......por una pista, con una linea discontinua de adoquines, hasta el Mirador del Embalse (¡anda que se va a borrar la linea discontinua del centro!).
Paseo hasta el mirador, desde la Iglesia de la Inmaculada. |
En el mirador, nos recreamos con las vistas de la presa y de la grada sur de este embalse, construido entre los años 1947 y 1954. La grada sur, la forman la Sierra de Tejeda con su Maroma y las Sierras de Alhama y Almijara con su Lucero.
Desde el mirador. |
A partir de aquí, tomamos una senda muy marcada, que baja hasta el río, observando los estragos que la erosión del agua y el viento ha provocado en este suelo de mantequilla.
El paisaje desconcierta por su grandiosidad. |
Llegados a la rivera del río, nos abrimos paso entre las zarzas y los juncos, acompañados por el agradable gorjeo de los pájaros.
De nuevo tenemos que subir, pero.... ¡sorpresa, sorpresa!. Una caprichosa escalera metálica articulada, se nos aparece por arte de magia de "birle-birloque" y comienza la diversión (¡qué escalera más difícil!).
No es rustica, es diferente. |
Seguimos subiendo, ayudados en ocasiones por cuerdas, para salvar pasos comprometidos. Y observamos que los elementos instalados, son de dudosa seguridad. Las maromas están deshilachadas, por lo que deducimos que tienen poco o ningún mantenimiento. Posiblemente sean las mismas que colocaron cuando se inauguró el sendero allá por el verano de 2.011.
¡Cuidadín, cuidadín! |
Seguimos subiendo.... |
...y posando, que de todo quiere el Señor. |
Subimos hasta un cruce de caminos, señalizado por unas indicaciones que se han caído al suelo. Uno indica Puente Romano y el otro Cortijo del Cura.
Tomando el del cortijo, es posible volver al punto de partida por el carril de la Navilla .
¡De volver nada!. Ahora toca bajar por un zig-zag, de pronunciada caída, hasta llegar de nuevo a la orilla del río.
Cruce de caminos y de impresiones con un nutrido grupo de Granada. |
Ahora toca bajar.... |
...y mirar, que de todo quiere Dios un poquito. |
Cada uno baja con su estilo. |
Pudimos ver los restos de los apartamentos, que en primera linea de río, los pobladores del neolítico construían aprovechando los huecos de las paredes. Están a ambos lados del río y en su momento no estaban tan alto con respecto al agua. Me cuesta trabajo creer, que estos vestigios prehistóricos, de más de 5.000
años de antigüedad, se mantengan en pie sobre estrechas cornisas, a treinta o cuarenta
metros de altura.
Por la zona se encontró un recipiente de arcilla de hace miles de años.
Es el conocido como; "La Olla de Cacín". Tiene la forma de globito, con
tres asas verticales, y decorada mediante punzones y peines, cuando el
barro aún estaba húmedo. Es de tal importancia el hallazgo, que la pieza se encuentra en el Museo
Arquelógico Nacional. También aparece en el escudo del municipio de
Cacín.
Costucciones prehistóricas |
Estos refugios ofrecían seguridad a sus moradores frente a depredadores y enemigos. |
Bueno, nosotros a lo nuestro; subir y bajar. En esta ocasión muy cerca del río, portándonos como campeones y disfrutando de un paisaje poco visto.
Subir y bajar, subir y bajar, subir y bajar. |
Cuando el embalse está a rebosar, el agua pasa por el aliviadero al río, provocando crecidas que siguen erosionando el terreno, formando huecos y cornisas de tamaños inverosímiles.
Las formaciones geológicas se repiten unas tras otras. |
¡Anda que como se caiga, lo váis a sostener en seguía! |
El viento, no pone su granito de arena, lo quita, formando figuras en relieve. |
Toca pasar a la otra rivera, y lo hacemos por un puente colgante. Este, si parece haber tenido mantenimiento, los anclajes, los cables de acero y los travesaños de madera parecen recién colocados. Pasamos con precaución, de uno en uno, manteniendo el tipo lo más digno posible.
¡Prueba superada!...con nota. |
Ejemplar de cangrejo de río autóctono. En la actualidad está casi extinguido en el Río Cacín. Lo volvimos a colocar en su medio con mucha delicadeza. |
Atravesamos varias veces el río, por otro puente colgante más pequeño y por dos fijos de madera.
Como puede verse, la diversión no faltó. |
Pasamos por una maraña de zarzas y rosales silvestres antes de subir de
nuevo a campo abierto. A lo lejos vimos al que llaman "El Puente Romano". El final del recorrido.
Igual en otro tiempo había uno romano, pero este de la foto, se construyo a mediados del siglo pasado.
Este puente también aparece en el escudo de Cacín. |
Casi seguro, que a todos nos paso por la cabeza el repechón que tendríamos
que ascender antes de llegar al cruce del Cortijo del Cura. ¿O no?
Volver por el carril de la Navilla es más llano, pero menos divertido. |
Para el almuerzo escogimos un sitio estratégico, donde con la contemplación de las aguas blanquecinas del río y su murmullo, dejamos de pensar absolutamente en todo. Ni siquiera pensamos en los miles, de millones de toneladas de tierra y piedras, que teníamos sobre nuestras cabezas .
De izq. a dech.; la mitad de Fernando, Baldomero, un servidor, Toñi, Mª Carmen, Juan, Susana, Isa, Yoli, Jacinto, Natalia y Juan Carlos |
Después de comer, nos lanzamos con ganas sobre los obstáculos que ya conocíamos y todo fue coser y cantar.....digooooo, ¡subir y bajar!.
Con charla distendida, nos fuimos acercando paso a paso al punto de partida. Disfrutando de un día otoñal, con temperaturas propias del verano.
Vista del Cañon, a la altura del Cortijo del Cura. |
De nuevo en el Poblado del Embalse de los Bermejales, nos aseamos un poco, comentamos la ruta entre otras muchas cosas y estiramos para no perder las buenas costumbres. Vimos la presa de cerca y para Alhama de Granada en busca de nuestra recompensa.
Hagas lo que hagas........ |
Y para finalizar este relato, quiero volver a recordar que todo tiene un principio. Que Yoli, Isa y Natalia, no pudieron
elegir mejor ruta para
iniciarse, que la del Río Cacín (en alguna tenían que empezar). Subiendo
y bajando, salvando obstáculos, miedos, dudas, y algún que otro
problemilla que aguantaron con resignación.
Decir también, que estamos muy contentos por sumar nuevos
integrantes a esta afición sana y reconfortantes que es la nuestra; el
senderismo de montaña.........¿de montaña? jejej.
Bueeeeeeeno, ¡la próxima será de montaña!.
Bueeeeeeeno, ¡la próxima será de montaña!.
Yoli, Natalia e Isa
Bienvenidas siempre.
"Todo tiene un comienzo"
y un.....
"Todo tiene un comienzo"
y un.....
Como siempre de 10 el relato
ResponderEliminarGracias, Juan Carlos.
Eliminargracias manuel por el trabajo bien echo un dia muy bonito y entretenido y las nuevas muy bien y en progresion esto no hay quien lo pare
ResponderEliminarPasito a pasito se llega lejos.
EliminarMe encanta Manuel por la genialidad, por como has ido encarrilando la crónica para, ya desde el comienzo a la puerta de un templo ir enhebrando poco a poco el hilo del relato y dando puntadas certeras a las costuras de la narración, la asociación por ejemplo de α y Ω como comienzo y fin, la constante real de la ruta de subir y bajar que nos remite al hecho de que todo lo que asciende baja, para una vez ahí, volver quizás a subir en una eterna repetición o Samsara, de lo efímero del todo, y de que el ayer estaba allí arriba en forma de vivienda paleolítica, cuando el hoy de abajo, el que pisábamos, será mañana el ayer de arriba por la erosión y el paso del tiempo, en definitiva subir y bajar, ayer y hoy, comienzo y fin, alfa y omega...... además sazonado con esa referencia a la voluntad divina que "de todo quiere el Señor", eres un filósofo Manuel.
ResponderEliminarFernando, me he tenido que leer el texto otra vez, creí que no te referías el mio. Jajajjja. Broma, broma. Me alegro mucho que te haya gustado. Gracias por tus palabras.
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